El pasado martes decidí ir a tomar un café a un lugar donde suelo charlas de cosas nada trascendentes con la camarera. No tengo un día fijo, sabiendo que, algún amigo va otro día, si coincido bien, y si no coincido y ese amigo no está, no pasa nada, simplemente, hablo con ella o ella conmigo y ya..
El caso es que, ese martes fue todo un error ir: estaba el bar lleno de gente, incluso, habían ido a verla algún amigo suyo con seres menores, además de estar su actual pareja y el amigo de ambos, con lo cual, nuestra conversación, fue más bien, nula.
Y es que, aunque parezca mentira, sé muchas cosas de su vida, quizás demasiadas y, cuando estoy con alguien sé lo que puedo decir y lo que no puedo decir, y, cuando estamos solos, nos solemos hacer preguntas, no importantes, pero si, sobre nuestra vida, más la suya que la mía, excepto en días como ayer que, cualquier pregunta, era imposible.
Sé que ella casi cuenta los días, a veces semanas o meses que no aparezco por allí, como por otros bares, donde sé que soy bien recibido, pero no sabes absolutamente nada, sobre mi vida, ni quiero que lo sepan....
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