Se va terminando el mes de agosto y por lo tanto, mis vacaciones en las que me suele gustar viajar, este año menos, por protegerme y proteger del dichoso coronavirus, es lo que toca y espero no cogerlo ni por asomo.
Pero, aún con esas, de vez en cuando, me gusta escaparme con mi moto a cualquier lado, más o menos, una hora de distancia, para llegar y tomar algo por la noche, cerca o lejos.
Lo más normal, como otros años, es que, con el amigo cartero, preparar el viaje, ir, tomar algo en el destino o en el medio y regresar: él irse a casa y yo, a veces ir a tomar algo solo o, las menos, con él.
Si bien es cierto que así empezó el verano, las últimas veces no ha sido así.
La primera de ellas fue viniendo un amigo de Madrid, que, aún avisando, él desapareció por completo y no dio explicación de nada: mi teoría fue que se había ido con el amigo ambuibérico y no lo supe por él, sino, por las fotos del amigo.
La segunda vez, fue aún más curiosa: también desapareció son decir nada, pero, en esta ocasión si que contó donde había estado y sabiendolo, aún fue más raro: fue a visitar a su hermana hasta Avila, curiosamente, el mismo día que en teoría un amigo y su mujer estarían por alli, pero estos últimos no dieron señales de vida de su estancia por Gredos ¿casualidad? Lo dudo
Y la última vez fue este fin de semana: un amigo intentó quedar con mas amigos, hubo cierta oposición, por el día y la hora, y finalmente se trasladó hasta un lunes: es curioso, no nos vemos un fin de semana, pero si un lunes.
El amigo cartero siguió con su táctica, no dar señal de vida en todo el fin de semana y, sabiendo lo de la quedada, el lunes, tampoco dio señal de vida, hasta muy tarde...una vez más ¿casualidad?
La semana que viene él empieza sus vacaciones: sospecho que lo más lejos que llegará será su pueblo, para hacer cosas, allí no hay problema para ir, pero, invitar a ir a su casa...desde hace años que no lo hace, ni lo hará, ¿tan desastrosa estará? Otra casualidad más....
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