Domingo, casi normal.

La noche de fiesta digamos que fue normal, pero tirando para aburrida: vernos en el local de siempre y luego dar vueltas por la ciudad, tomando o no cervezas, pero sin saludar a nadie conocido.

Lo raro llegó esta mañana: mi amigo zamorano, que se supone que me iba a llamar no me llamó, y el cartero, exrañamente, estaba ocupado: así que, me marché a correr, pero ahora lo estoy pagando: estos tres días he realizado excesivo deporte y ahora si, estoy cansado, sin agujetas, pero cansado: sólo es domingo y me espera una semana de cursos y cosa que hacer por la tarde, bastante completa: espero que pase pronto.