En el día de ayer efectúe un par de llamadas, digamos de normalidad absoluta: una para saber que tal estaba un amigo y todas sus circunstancias y la otra al exzamorano.
La primera resultó verdaderamente corta, no sé si llegaría al minuto o minuto y poco, ya que , mi amigo tenía prisa: que todo bien, que luego hablamos y que si no ya nos veríamos...así, super-rápido...
La segunda, como era esperable, no lo cogió a la primera, y es que, estaba con su pareja, o donde fuera y claro, no coge el teléfono, para qué: pero, horas después si que lo hizo, para comentarme que ya había empezado a salir con su bicicleta y que parece que su gps iba bien, y claro, que mañana, por hoy, si que vendría a la ciudad, más o menos me dio los motivos, su pareja se supone que empezaba a trabajar o similar y él se venia a esta ciudad, no se va a quedar allí.
Llegado hoy, sin querer quedar yo, él ya me dijo que estaba por aquí y que si eso ya nos veríamos: nos veríamos si él no tiene otros planes y si su mejor más amigo, menos amigo mio ya, no está por aquí, por que, por coincidencias de la vida, resulta que los padres del madrileño informático los he visto y no es descartable que él venga este fin de semana y ¿con quién quedará el exzamorano? Y dirá lo típico, "me ha llamado él"...si te quieres venir...etc etc etc..
En fin, que este día de fiesta, como otros tantos, está resultando bueno, familiarmente, pero, en lo que llamamos como amigos, no tanto, por no decir que, desastroso..
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