La semana pasada, el amigo escultor me mandó un curioso mensaje sobre si iría a jugar a fútbol el fin de semana pasado, sin dar más explicaciones. Mi contestación fue que, como todavía no estoy recuperado del todo, no me veo en condiciones de jugar ese partido. Él me contestó que si quería me pasase luego a tomar algo.
Pasaron los días y en un grupo de amigos de fútbol sala que tenemos, el amigo escultor escribió precisamente para eso, para buscar gente con quien jugar a fútbol- sala y entonces fue cuando saltó la novedad: al parecer venía el amigo de lejos y ya tenía cinco personas para poder jugar: en dos días, solo se apuntó uno más, con lo cual, horas antes de que reservar la pista, llamó para cancelarla, todo me parecía normal.
Ese mismo sábado, casi a la hora de comer, recibía otro mensaje del amigo diciéndome que, como habría observado ya no había partido, pero que si me apetecía, él, con otros amigos en su pueblo, comida y merienda...mi contestación fue cortes, pero que no sabría que iba hacer..
Y es que, como me dijeron hace tiempo: si algo no quieres que vaya, ya sabes, invítame por la mañana...si esto mismo me lo hubiera dicho hace unos días, es probable que me hubiera pasado...pero, vistas las circunstancias...prefiero el refrán...
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