Han pasado más de quince días desde nuestros últimos mensajes y pensé que yo que todo iba a ser diferente a partir de eso, pero, una vez más, contigo me equivoqué.
No tengo ninguna noticia tuya, pero sospecho que no estás por la ciudad y que estás, al menos, esta semana fuera, pero a mi no me lo has dicho.
Me vuelve a pasar lo que otros años, otros veranos también contigo, que hasta la última semana de agosto no tengo noticias tuyas y claro, de tomar un algo, ni hablamos ya...y eso que este verano "empezó bien", por lo que tú estabas pasando con mensajes casi diarios, hasta que, pasó lo que pasó y solo dos mensajes después has vuelto a desaparecer.
En fin, como decía, hoy te pensaba escribir un mensaje, pero como siempre, esperaría contestación, y no sé por qué, no iba a recibirla o más tarde de lo que yo pensaba: solución no escribirte mensaje e intentar no pensar que algún día, cuando te de la gana, tú me enviarás el mensaje...
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