El pasado día 26 de Julio me decidí a mandar un mensaje a la amiga palentina, algo relativamente sencillo como una felicitación por su cumpleaños, ella, como últimamente, contestó cortesmente, pero muy fria.
Luego intercambiamos mensajes sobre el verano y donde estábamos cada uno: ella no contó mucho, y yo, lo que hasta ahora habia hecho: creo que fue ella la que me dijo que ya harías más escapadas, pero, ya a eso, no quise contestar, por una sencilla razón: si yo no propongo, sé que no saldrá nada, y si yo, propongo algo u ese algo les gusta, no se hace, o incluso me intentarán cambiar mis propios planes pensados por mi mismo, mi gente, mi entorno, es así.
Pero, todo eso, como digo, no se lo he contado, ni escrito, porque, podría derivar en un quedamos para tomar café o para hacer algo, y no me apetece, no quiero que esa persona se ilusione, otra vez, por mi, o se crea que hay algo más después de ese café, no, yo no quiero eso: asi que, visto lo visto, mensajes cordiales para unas personas sin pretensión de nada más, solo ver que siguen vivas o que están bien.
En fin, que mejor parar esto ahora que no arrepentirme como cuando la otra vez y quedarme yo con muy mal sabor de boca, cuando, realmente yo no quería nada de nada, asi que, una vez aprendida la lección, es mejor parar y solamente mirar.
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