Por segunda vez en mi vida he ido solo a ver otra media maraton.
La otra vez fue en Zamora y sé que no podía correrla por estar algo lesionado, o recuperándome, y alli estuve el día antes, corriendo algo, y al día siguiente solo ver la carrera, y no he vuelto.
Esta vez era diferente: los astros me dejaron poder ir a verla: el día antes de cerrarse las inscripciones lo hice, no por nada, si no, por tener mi dorsal y si habia suerte, mi caseta.
Y eso hice, me presenté alli, recogí dorsal y camiseta y me puse a ver qué hace la gente mientras espera la carrera.
Vi solo a dos conocidos, uno calentando y el otro, que hablaré mañana de él, era el chico de las maratones y otras distancias imposible.
Si hubiera sido posible, me hubiera gustado ver la primera vuelta, pero, sabiendo que había gente esperándome, en cuando salieron, vi como recogían algunas cosas y otra gente se preparaba para ir a los diferentes puntos donde dan agua yo me iba.
Sé, casi seguro, que a esa carrera no me volverá ver en esos caminos: es el infierno de carrera, por mucho agua que te den, siempre hace calor, nunca hay nadie animando, en los caminos, pero si en el final, y al ser por caminos, como que no es mi especialidad.
En fin, que estos cinco años que estuve, solo uno me lo pasé bien, coincidí con dos personas, que no he vuelto a saber nada de ellas, el resto de participaciones con desastrosas sensaciones.
Y en un mes la media maraton de mi ciudad, la primera en muchos años que, de momento no estoy apuntado. Me falta un punto en mis entrenamientos de poder pasar de esos diez mil que hago habitualmente, para hacer algo más..y está complicado. Todo se verá.
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