El pasado domingo, de repente, me hizo una llamada el amigo militar madrileño. Como siempre, hablamos de diferentes cosas, que tal el trabajo, el fin de semana, ya que fue a ver un partido de fútbol y yo pensé que había ido con alguno de sus seres menores, pero no, fue con un amigo y a sus seres menores no les comunicó nada...
Y la sorpresa llegó de repente: su nueva amiga y él se irán de viaje en marzo, en este caso, cogiendo un avión incluido. Mi sorpresa no fue tanta porque ya le había dicho varias veces que "ellas siempre están pensando qué hacer" y en su caso "viajar".
El dijo que si, que llevaba razón y una vez más, me hizo pensar en su "no saber estar solo". Hace unos cuántos años, quizás cuando aún no tenía seres menores a su cargo, fuimos a una boda a mismo lugar donde él irá, y él no fue porque "estaba con su pareja, quizás no era ni mujer", quizás por el precio, la estancia...o lo que fuera.
Ahora, doce años después, algo más libre, sin cargo esos días de seres menores, y que no pase nada, él se va de viaje con otra amiga, y ambos, tan contentos.
Ambos saben que tienen una relación "rara", aún sin confirmar nada a su familia, ni quieren, prefieren ser amigos, es probable que con derecho a roce y ella, según parece, va marcando los tiempos, más que él. Es más, me dijo que ya había pasado por casa un rato, para ver a mi amigo y a sus seres menores: creo que faltará poco para dar ese pasito que les queda...y sé que llegará, aunque mi amigo, de momento, no quiere ni pensarlo.
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