La semana pasada el amigo escultor me contó que le había llamado una persona dedicada a las mudanzas que a su vez le había dado el teléfono una persona que se dedicaba a otro tipo de esculturas, para tratar de hacer algo para una gran institución.
Realmente, su trabajo no es ese, el de esculpir cosas en piedra, pero, le gusta hacer de todo y le puede venir bien ese trabajo, como todos, él decidió que sería capaz de hacerlo. Asi que, en teoría, esa persona quedó en llamar, ver su taller y ofrecerle el trabajo. Eso fue la semana anterior y no, no quedaron, iban a intentar quedar esta semana pasada, y yo, aunque me acordé no he querido preguntar nada.
Y es que, de repente, se me ocurrió pensar que quizás esa persona que contactó con mi amigo, no solo ha contactado con el, sino también con más gente y que, el que le ofrezca mejor precio y seguridad es quien se llevará el "gato al agua"
Y es que, mi amigo tiene por costumbre "hacer cosas por cuenta propia" pensando que quizás se las compren, porque, según él, "al final siempre alguien cae", y eso que le den un proyecto grande, con plazos y con garantías, no sé que tal la saldrá, es, como si por su cuenta, decidiera hacer eso que no le han propuesto, por si se lo compran...de loco, la verdad, pero, según es, todo es posible.
Por otro lado, hasta que él no me llame, por si hubiera novedades, yo, en este caso, no lo llamaré.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario