Las casualidades existen y a veces no hay mejor cosa que ver sin ser visto y sabiendo además, que nunca lo sabrá.
Ayer por la mañana hice lo de otros miércoles, ir en vehículo a mi trabajo y en un cruce determinado vi que iba el coche de la persona que fue mi última ilusión, donde, pasé tan buenos ratos hace muchos miércoles.
Literalmente me puse detrás de su coche pero sin decir nada, ni luces, ni tocar el claxón, nada, miraba hacia ella, y ella miraba hacia atrás hablando con su ser menor, no dejaba de mirarla. El semáforo se puso en verde y yo, seguía detrás, pero, ella se colocó en una fila y yo, adelanté a otra.
Durante el trayecto iba mirando por el espejo, sin mirar para atrás si seguía el camino que yo pensaba que tenía que hacer y que ella habrá hecho años, pero, quizás por semáforos o por lo que sea, la perdí.
Al llegar a mi destino pensé "quizás me ha intuido", pero no, no había mensaje ni lo hubo durante todo el día, ni lo habrá, sospecho que no, no me vio y verla sin ver visto es bueno.
Hoy hace ya dos semanas que no nos escribimos, sin concretar el próximo café que, intuyo, tardará en llegar, sé todas las cosas que me puede decir y yo ya, dejé de preguntar e insistir....
No hay comentarios:
Publicar un comentario