La "última conversación fue el día siete de octubre", y eso que ese día para mi es bastante especial, pero, el amigo exzamorano, un año más, ni se dio cuenta, y más que nada por que, la conversación en un grupo a3, su pregunta, nada tenia que ver con el tema.
Y la conversación más personas, y más cabreado por mi parte, fue bastante antes, el 22 de agosto, como siempre, transgiversando mis palabras u acciones, y, como en los últimos mensajes más de lo mismo, corté por lo sano, no solo con él, si no también con su entorno, si es que lo tuviera o si es que ya no hubiera cortado antes.
Cosas que he ganado: en tranquilidad, en no tener que quedar sin tener ganas, en saber que cuándo íbamos algún lado, él tenia que proponer su lado, con tapa, por supuesto, con clara, cerveza y más cerveza y de vez en cuando, sacarme de mis casillas por temas que yo sé fijo, que él no sabe, que habla más que otra cosa, y en más de una ocasión, tener ganas de marcharme, y en no preocuparme cuando llamarlo, ni cuando está bien, ni cuando está mal, me da igual.
El apareció en mi vida cuando yo quedaba con otra gente y el amigo, mejor dicho, examigo madrileño informático, empezó a quedar con él: viajamos juntos, y luego se quedaron ellos dos solos por un lado y yo por otro, sin tener contacto con el examigo madrileño, que eso daría también para un libro y según me contaba, muy poco ha cambiado en estos años, pero ese no es el tema hora.
El caso es que, si pensé que ese día me iba a llamar o incluso me iba a encontrar con él por la ciudad, porque, hay que decir, que yo no he cambiado nada en mis costumbres, y no sé si él habrá encontrado a alguien con quien salir, a alguien a quien contar todas sus movidas de trabajo y a veces sus meteduras de pata, acompañadas de sus aires de grandeza, y por su puesto, sus ganas de dejar el trabajo donde estaba y buscar un nuevo trabajo, en una ciudad.
En fin, que el tiempo, como casi siempre me acaba dando la razón: sé que más temprano que tarde, coincidiremos en algún lado, eso si, seré yo mismo, pero un poco más distante, y que haga su vida, mientras yo haga la mía...
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