Después de muchos años en la presidencia de una cadena de televisión, el relevo está llegando y se está haciendo notar, según dicen en la próxima parrilla televisiva, aunque todavía están muchas cosas en el aire.
Hace no mucho salió una primera noticia donde se decía que "se acababan los famosos deluxe", cosa que me parecía bastante lógica, porque, han dejado de ser "programas del corazón" para pasar a ser "programas para ellos", pero, a las pocas horas de anunciar el fin de los deluxe, se dijo que se les buscaría una reubicación, quizás en otro día, y con otra serie de contenidos. Eso es algo que ya pasó, durante el fin de semana, si antes se llamaba viva la vida, ahora se llama fiesta y si, es más de lo mismo, con otro nombre
El segundo caso es algo más llamativo: después de muchos años, quieren recortar las horas del programa de la tarde con dos cosas: una telenovela y un programa concurso, y solo, para intentar subir la audiencia y que sean otra vez, líderes de audiencia, como lo fueron antes.
Pero, lo veo complicado: ya lo intentaron una vez y tuvieron que dar marcha atrás. Las tarde de Telecinco la gente está acostumbrada a ver a una serie de personas hablando de otras personas, sin casi, importarles nada, y al final de la tarde, la gente ve el concurso de Antena 3, que acaba elevando a las alturas el Telediario. Que conste que Antena 3 le ha costado bastante lograr lo que ha logrado, ya que, ellos mismos fueron los primeros en tener programas del corazón, Telecinco copiar la idea, darla una vuelta y finalmente "que unos colaboradores se fueran a otra cadena" acogerles, es decir, mismos personas en otro cadena, con otros programas, para contar las cosas que llevan contando los últimos treinta años de su vida, dejar todo eso, en el caso de Antena 3 y ahora hacer una cadena más familiar, con concursos, digamos más culturales, y no, el show que organiza la otra cadena, como digo les ha costado.
Si Telecinco, con los nuevos mandatarios, quiere cambiar su imagen, sus programación y los rostros, le va a costar un tiempo, y si, quizás, no hay resultado inmediatos, algún que otro disgusto les costará, en dos sentidos, en audiencia y en dinero en publicidad, veremos si esos mandatarios aguantan la presión.
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