En la tarde de ayer confluyeron una serie de cosas que, si no fuera por eso, por casualidad, pensaría que todo está preparado.
Para empezar y durante toda esta semana no he tenido noticias de mi amiga exsoriana hasta ayer mismo: durante la tarde tuve una reunión, otra vez algo relacionado con la idea de género y estuve preparando un mensaje sobre lo que le sucedía a un familiar, pero, lo dejé guardado y no llegué a enviárselo y pensé, que bien, no sabe esto, he conseguido no decirla nada, y justo cuando estoy entrando en un sitio veo y recibo su llamada y se lo comento: se preocupa, normal, me hace preguntas básicas y digo vaguedades, la verdad, por que yo, no sabía nada: será curioso como, si los últimos fines de semana no he podido quedar con nadie, por que, nadie me llamó, veremos si este próximo me llama alguien.
La segunda cosa es menos casualidad o no: un amigo propuso tomar café a la hora que le venia bien, y solo quedaron tres, como el otro día también quedamos tres, si bien es cierto que era pronto, la frase del cartero será "para tomar café de veinte minutos ni voy"; pero para irse donde sea con su moto, mucho o poco tiempo, si que va, y los otros tres quedaron cerca de casa, y yo, en este caso, transmití que yo tenía otros planes, más bien el curso, era cierto, pero bastante más tarde.
Así que, de esta forma llegamos a otro viernes, sin planes en el futuro y todo bastante más complicado que un puzzle, eso si, poquito a poquito, voy uniendo piezas.
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