Después de este periodo, llamado pandemia, llamado estado de alarma, este pasado fin de semana ha sido, entre esperable, por un lado, y sorprendente por otro.
Lo esperable es que, en ningún momento me llamó el cartero para tener algo de ocio, digamos nocturno.
Como era previsible, su vida, el fin de semana, se ha vuelto más de pueblo, cuando,durante tres meses no ha pisado la calle, más allá de lo imprescindible, incluso, menos aún, yo sabía que esto iba a pasar, aunque, sus condiciones son bastante claras, que sin que nadie me las diga, me las sé.
La primera de esas condiciones es que al pueblo, va solo y pasa de ir con la familia y ¿cuándo lo hace? Pues primero yendo un viernes y sábado por la tarde: en varias ocasiones he insistido en porqué no se queda a dormir allí, por supuesto, sin respuesta, ya que, sé y sabe que de eso pasa, prefiere dormir en su casa. Pero la sorpresa particularmente mía, además de ir el sábado por la tarde, él decidió ir también el domingo por la mañana: como cada mañana desde hace tres meses fui a por el periódico y vi una moto, pero no tenía claro que fuera la suya: al regresar si, era la suya y sí, él se iba un domingo por la mañana allí: creo que él pensaba en que sus familiares irían y así, quizás comía con ellos allí y luego el regresaría: pero el plan le salió mal, sus familiares fueron por la tarde, a media tarde....y cuando le propuse ir a su casa a que me hiciera un favor..ya sabía yo que era imposible, y así fue, excusas como "muy tarde" y demás, eran completamente previsibles y así fue..empieza una semana más, al menos para él, para mi, una semana, espero que buena y provechosa.
Estoy casi seguro que el fin de semana que viene hará algo parecido, como le dijo un amigo suyo "le falta espiritu para ciertas cosas" y aunque sé que a él le sorprendió esa frase, llevaba toda la razón.
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