El pasado fin de semana pasó algo realmente curioso. El amigo cartero envió un mensaje a un grupo para intentar tomar algo esa misma noche, creo que le era la noche del sábado: yo pensé que se habían encontrado con el amigo exzamorano y que habían hablado de quedar.
Pasaban las horas y tanto el exzamorano como yo dejábamos en el aire, él diciendo que estaba con su pareja y que si podía se pasaba y yo, que iba a ver una carrera. A eso de las ocho de la tarde el cartero me llamó, para gran sorpresa, y ya me comentó la hora de quedar, no pregunté si lo había visto o no, y si, finalmente quedamos, como hacíamos antes hace mucho tiempo, hablando de las cosas de la semana.
Al día siguiente decidí ir a tomar café al bar de siempre y fui yo el que mandó el mensaje, con la sorpresa de que, el exzamorano no dijo nada pero el cartero ya había ido, incluso estaba con la moto, muchas sorpresas para una sola mañana.
Por fin por la tarde el exzamorano fue el encargado de enviar un mensaje para poder quedar, pero solo en un entorno de horas muy ajustado, ya que, con posterioridad, él había quedado...asi que, finalmente, no hubo quedada entre tres.
Y es que, como se suele decir, dos no discuten, si uno no quiere, en este caso sería, tres no quedan si no quieren, y sobre todo, si, se tienen como segundos platos y solo quedan, si no tienen con quien quedar...
El tiempo siempre me da razón y sé que esos mensajes para quedar, hasta dentro de bastante tiempo, no se darán, pondremos excusas para no quedar...
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