Esta vez no era esperable la remontada del Barcelona ante un PSG que no fue nada parecido a lo de hace tres semanas, ni el partido, ni el equipo ni nada por el estilo.
Oido desde la radio, como casi siempre, fue espectacular, y visto en la tele, con posterioridad impresionante.
Yo tenia el móvil apagado y hasta el día siguiente no supe nada de nadie, ni de esos 100 mensajes enviados durante la mañana de mis amigos, hablando de fútbol y algo de series y piques entre mis propios amigos, uno, que se cansa de que hablen de fútbol y el otro, bastante cabreado, diciendo que se hable de otras cosas ¿qué significará esto? Fácil, que hasta dentro de unos días, después de varios chistes, nadie dirá nada ni polemizará sobre nada, o hasta la próxima derrota o victoria del algún equipo importante.
Yo, por definición no suelo discutir por ese medio, ya que, se empieza hablando de unas cosas, y se deriva en otras, y en parte, prefiero a la cara y centrarlo en el tema en sí, pero, no digo nada, prefiero disfrutarlo desde fuera.
Mis amigos, del Madrid o del Barcelona, no cambiaran en sus apreciaciones: cuando gane uno, será por el árbitro, y cuando gane otro, será por los jugadores y ni cambiaran ni cambiarán....tiempo al tiempo.
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