Casi terminado esta semana y algo de vacaciones veo que, como otras tantas veces ha pasado lo de siempre.
Los primeros días, entre que estaba algo malo e indispuesto y que yo no recibía llamadas, observé esa sensación de hacer cosas solo, unas veces con ganas y otras sin ellas, y ver pasar el tiempo.
Y según se acercaban los días de mayor tiempo desocupado de las personas, si les interesaba, me llamaban o lo hacía yo, según mi indisposición, y lo hice, al menos un día, un rato.
La sorpresa llegó al día siguiente, cuando uno de mis amigos proponía quedar a cierta hora, cuando a mi ni me apetecía, mientras que otro amigo, estaba completamente desaparecido, no sé que hizo, ni me lo contó.
Y llegó el día grande, todo más o menos normal sobre lo previsto, excepto a cierta hora, que de repente un amigo se le ocurrió volver a su casa para regresar más tarde al mismo sitios y cuando estaba casi debajo de su casa ni me invitó a subir, ¿oculta algo?¿habría alguien más?Nunca lo sabré.
Al día siguiente, o sea, ayer, más de lo mismo, por la mañana, cada uno a lo suyo, mientras el cartero, hacía de sus cosas su vida, ir y venir sin preocuparse por nadie.
Y hoy, día de descanso, cuando habitualmente se suele ir algún lado, yo ya lo hice el año pasado, el no ir al menos donde él quería ir: el motivo fue fácil, el año anterior me hizo la llamada trece/catorce, "fuimos de viaje, pero, por la noche desapareció sin invitación ni mucho menos": yo no olvido, y al siguiente, o sea el anterior, me hice el sueco e hice mi vida y este más de lo mismo: que me busque, que no me encontrará, haré lo que me interese, y no lo que tú quieres hacer cuando lo quieres hacer: ¿te irás? Tal vez, ¿donde siempre? Todo es posible, pero, yo, en este caso, no estaré ni cerca, no me interesa, no quiero, como has hecho muchos sábados, y no dices nada, veremos que pasa, yo, lo tengo claro, al menos hoy.
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