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sábado, 19 de agosto de 2017

2361 Otro viernes de silencio

Ya empieza a ser costumbre que el amigo cartero no de ni una señal de vida tanto el viernes como el sábado:al menos, ayer, una vez más no lo hizo.
Hace unas semanas se quedaba apretando tornillos, otro día, se iba a dormir, otro, con sus más amigos se fue de parrillada, y este último, no sé lo que hizo, no escribio, no dijo nada, solo cuando me pasó algo en un bar cercano y se lo comenté, él respondió, incluso al final puso unas cañas, pero yo no lo entendí, no quise entenderlo.
Yo hice lo contrario a otros viernes totalmente: quedé con la amiga exsoriana y su hija un rato por el parque, fui a cenar y terminé re-cenando en su casa,  y luego a la mia.
Es lo que tiene no tener planes nada claros e ir haciendo lo que me apetece, sin un patrón fijo a horas también raras sin que nadie sepa nada de dónde estoy, qué hago o quien lo hago. 
En fin, parece que es lo que hay, mientras los satélites no tomen cierto liderazgo, y hagan algo, yo, seguiré siendo mi propio satélite.

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