Pues como contaba ayer esperaba la llamada del amigo exzamorano durante el fin de semana o los días de vacaciones, si es que estaba por la ciudad, y así lo hizo, pero el último día de la semana
La verdad que yo empecé demasiado fuerte diciendo la frase "como está L. (mi examigo madrileño) resulta que me llamas) y ya a partir de ese momento, le descoloqué bastante, ya que, durante la últimas semanas siempre que ha venido nuestro amigo L. no me llama o me manda mensajes, o fotos, pero eso de quedar nada de nada, ni por asomo y resulta que sin querer en alguna ocasión me he cruzado con ellos, pero yo sabía que ellos no me habían visto.
Todo eso se lo dije y el lo afirmaba, más que nada por que no podía negar lo que habían visto mis ojos y yo de ese bucle, casi toda la tarde no salía: solo me dijo una cosa, no sé si preocupante o rara, algo que yo sabía o intuía, tipo "nuestro amigo L. tiene un problema con la comida, ya que, cuando tiene hambre no para hasta encontrar qué y donde comer", pero eso ya pasaba antes, se podría habla incluso de cierto desorden alimenticio, si fuera a un especialista, le diría algo más..incluso como saber comer...
Y dimos una gran vuelta por la ciudad los dos: hablamos de lo de siempre, y casi evité hablar de su trabajo y todas sus circunstancias por que, a veces con ese tema es un poco "pesado".
Como casi siempre, me intentó invitar a su lugar de trabajo, pero no para hacer nada si no, que a lo mejor solo para hacerle compañia, y eso, no me apetece.
Tenemos una cena pendiente, también con el amigo cartero, pero, de momento, nadie pone fecha, hora ni quien paga....
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