898 Segundo día de Congreso en Zamora

El segundo día en Zamora empezó raro: a las 9 am ya estaba duchado, cambiado y preparado para bajar a desayunar con mis “nuevas amigas y amigos”: mis niñas nos dijeron que en el bar que miraron no había nada de desayunar, asi que, desayunamos de pie en la misma barra de bar y otra vez, compartiendo el donuts con mi “nueva amiga”: a eso de las 10 y algo ya estábamos sentados un poco más atrás que el día antes, eso si, todos los “amigos” juntos: lo malo es que hacía mucho frio en la sala, pero mucho y el viento de fuera, visto en la bandera hacía presagiar lo peor: así que, en ese estado, las dos primeras horas y algo las pasé sin quitarme la cazadora y mirando de vez en cuando el reloj hasta que nos dijeron que en la parte de arriba había café caliente y pastas variadas: si otro café y otro bollo con mi “nueva amiga”: la siguiente parte fue un cantaautor que me gustó bastante y alguna de sus canciones, de vez en cuando, las pienso y tarareo (tal vez alguien piense que yo estoy loco)

Hora de la comida: a nadie se le ocurrió preguntar donde era, asi que, nos fuimos los 500 en diversos autocares: el mayor problema es que el espacio no era para 500 personas, sino más bien 100 si es que llegaban, no lo puedo asegurar, por lo tanto, tocó comer bastante rápido y dejar a otros el sitio para que comieran: todos pensamos que luego el mismo autocar haría viajes variados para llevar a la gente, pero no, en este caso los autocares tardaron más de un hora en regresar y dejarnos otra vez lejos de Zamora, en mitad de la nada.

Al llegar, algunos de los de la ciudad nos hicimos unas fotos: otros estaban todavía comiendo y a la hora destinada llegaron los talleres: el nuestro bastante bien, con bastante canciones y coreografías chulas que estaría bien aprender y poder hacer si hubiera espacio suficiente.

Hora y algo después otra espectáculo de algo, no sé si era teatro, si era marionetas...no lo tengo claro, pero no me gustó: mis amigos se fueron a tomar café y les pedí una coca-cola, a esa hora ya no me apetecía café: no sé cuanto tiempo después me trajeron la coca-cola y también para las niñas: por cierto, al cabo de un rato una de las “nuevas amigas” abandonaba el Congreso, tal vez con ganas de fiesta, tal vez con ganas de no hacer nada, no lo sé. El resto permanecimos allí escuchando a Juan Manuel de Prada, que fue a soltar su charla, lo que tantas veces he oído en la radio, pero que pocas veces se puede poner en práctica en el colegio..en esta charla me mandó un sms un amigo para decirme que iban a salir unos cuantos y unas cuantas, me sorprendió bastante...y poco más: recogimos nuestros regalos, me monté con una “nueva amiga” hablando de lo divino y de lo humano y a eso de las 23 horas estaba en mi casita, por fin, dos días después con muchas ganas de descansar y de dormir. Fin del Congreso 2009