906 La conversación con un amigo

La conversación con un amigo me ha superado y me hace que escriba hoy esta entrada: el caso es que ayer quedé con mi amigo informático para tratar temas variados: al principio bien, pero lo malo vino cuando “discutimos” sobre si un huelga en el campo de una semana sería suficiente para que nos desabasteciéramos todos de diferentes productos: según él no: dice que los grandes centros comerciales, sabiendo lo que puede pasar, estarían prevenidos y al menos tendrían capacidad para abastecer un mes a todas las personas y en todas sus especies, frutas, comida, pescado, y se basaba para ello diciendo que “su familia y él tenían unos 60 kilos de manzanas que están como el primer día en un arcón frigorífico, así como otros productos”, y yo decía que suelo comprar lo justo, tanto para la semana como para otros productos: el insistía en que con una semana no cree que fuera a “paralizar el país”, yo pienso que sí: son puntos de salida diferentes, y no creo que lleguemos a ningún acuerdo, pero me molesta mucho su pragmatismo, diciendo de entrada que no, que eso no sería posible, y no da su brazo a torcer.

Luego me contaba sus planes para este fin de semana, en que en principio íbamos a celebrar mi cumpleaños con una comida y otros dos amigos, pero, no será posible: el otro chico no ha querido/podido venir, y él tiene cumpleaños por la noche, para hacer lo siempre, menos ir al cine: tal vez cenar, tal vez tomar copas, o cervezas para él.

Y luego sus planes raros: mañana por la mañana, nada, no sabe que hará y por la tarde, tampoco, tal vez con no quedar conmigo quede con otras personas, no lo pongo en duda: yo no pienso llamarlo, no me apetece: me hace gracia, dos semanas sin saber nada de él y cuando está aquí, como tal vez no haya más personas quiere quedar y quedar, para no hacer nada, pero es tarde, yo voy a estudiar y voy a quedar menos.