El otro día me fui a ver, desde la ventana, a mi nueva ilusión, ya que era el cumpleaños de su actual pareja y no era conveniente ni podía ni debía subir hasta alli, pero, un rato antes, nos habíamos estado picando sobre si yo iba a ir o si no yo no iba a ir hasta su casa.
La situación puede resultar de lo más surrealista del todo: yo, desde abajo, con mi moto aparcada llamando por teléfono a la persona que, asomada a su ventana, hablando de nuestras cosas, con zascas varios y en su cara, la sonrisa de siempre o casi siempre, haciéndome ver que todo conmigo sería muy fácil, y que para ella, las cosas, la situación, no es demasiado fácil, y aunque los dos pensemos igual, todo, o casi todo, sigue igual.
Y en esa conversación surgió las fechas de siempre, "cuando empezamos" y ese día los dos lo tenemos claro, pero yo, sinceramente, no me acordaba cuándo ella fue la primera vez a mi casa, pero ella si, me dio una fecha, una situación e incluso que hicimos después y donde fuimos y si, tengo que darla la razón con respecto al día.
Y qué he hecho yo, pues mirar de qué hablaba yo ese día en este blog y curiosamente no era nada referente con ella, pero nada que ver, y me pareció muy curioso, casi, como nuestra situación: ella se acuerda de cosas que yo no me acuerdo, y yo, voy guardando en mi móvil todas las conversaciones y mis intentos de dejarlo, de vez en cuando, y es curioso, siempre pienso cosas que "la pueden hacer daño, aunque siendo verdad", pero no se las digo, a veces he pensado en escribirlas, pero no lo he hecho.
No sé si preguntar las fechas de que he intentando dejarla, si se acuerda, y me pondría triste si dice que si, pero, también normal.
Por último, hace tiempo que no nos vemos, y según sus planes, no tenemos previsto vernos, ni posibilidad ninguna. Me he propuesto no insistir y que sea ella cuando pueda, intentar quedar, y lo mismo con escribir, tengo que mejorar en escribir menos y esperar más.
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