Cada vez me doy cuenta que, tengo menos ganas de hablar con compañeros de cualquier cosa, porque todo va a lo de siempre, a lo que dominan y controlan los demás, sin importar si piensas igual o diferente, y si piensas diferente, es mejor estar en silencio y creer que ellos llevan razón.
El otro día una compañera me comunicaba que me tocaba hacer una guardia, cuando, en teoría no me toca o como mucho, una vez al mes: y es ella me quiere igualar en derechos y obligaciones, pero, teniendo menos horas, tengo menos obligaciones, y menos responsabilidades y ante eso, mejor que me lo digan desde arriba, que no desde abajo, como hizo ella.
Al cabo del rato me comunica que si, que al menos, si quiero, si puedo y si me parece bien, me corresponde una vez al mes hacer esa guardia, y yo acepto, por dos motivos, como siempre digo, he venido para ayudar, y como, no es una compañera quien me tenga que decir qué tengo o no que hacer, si no, los jefes.
Y en el centro de lejos, más de lo mismo: eso estoy haciendo, más dedicarme a lo que tengo que hacer y mucho menos al resto del mundo: en el café del otro día, viendo que casi no había temas, se querían ir antes de tiempo, e incluso se notaba cierta incomodidad, pero, a mi, me da igual, iba a tomar mi café, iba a estar fuera de alli y aunque estuviera con gente con pocas cosas en común, y no sé de qué hablaran cuando yo no esté, dando un paso al lado, me va mejor que si "me hago notar".
Hoy, en la parte de fuera más de lo mismo: yo a lo mío y el resto, a lo suyo....
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