Una vez más este fin de semana he visto a bastante gente menos de lo normal, menos de lo normal de hace diez años, esta entrada solo me centraré en mi exgrupo de dos amigos, del grupo de móvil que una vez más no estoy.
El amigo exzamorano me ha insistido muchas veces en que vuelva a ver a mi examigo madrileño y cuando estamos juntos, tomando algo, incluso lo ha llamado, pero, por suerte para mi, este no podía ir.
¿Y qué pasa al revés? Pues absolutamente nada, y ¿por qué sé esto? Es fácil de responder.
El pasado sábado, cuando regresaba de dar una vuelta no muy larga y me encontré con otra persona que mañana hablaré de ella, casi por pura casualidad veía ambos en una calle, me puedo imaginar que uno camino de una cena de la que me habló la semana pasada y el otro, no lo sé, tal vez, camino de su casa, ¡quien sabe!
El caso que, pienso yo, si en algún momento de esa conversación alguno de los hubiera pensado en darme un toque, llamarme como me hace el exzamorano conmigo cuando estamos tomando algo, pero no, en este caso, no lo hicieron, simplemente pasé con la moto y los vi, y también pensé, lo de siempre "solo me llama cuando no tiene a nadie a quien llamar" y me mete hasta presión, como el otro día, que no quise salir por la noche y me insistió bastante para tomar café el domingo y lo hice.
En fin, que me puedo suponer que, cuando no tenga a nadie con quien salir, me llamará, entonces, decidiré qué hacer, sabiendo lo que sé, sabiendo que el otro no sabe lo que yo sé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario