Si hace diez años me dicen que no voy a felicitar a una persona el día de su cumpleaños, que casi no voy a saber nada de su vida, que no me va a llamar, ni yo a él y que, estamos más distanciados que de aquí a Madrid, la verdad que diría que no me lo creo.
Pero la situación ya no tiene vuelta de hoja, sobre todo, por su parte, por su "cabezonería" de no razonar ciertas cosas y, por que, en el fondo, como predije, algún día llegarían las no llamadas, los no mensajes y no saber casi nada el uno del otro.
Y es que, el otro día, sé el día perfectamente, el 15 de marzo, fue el cumpleaños de mi examigo madrileño informático: tipo curioso a la par que raro: solo amigo de sus amigos, el que tiene una cara cuando está con ciertas personas, y otra con el resto, o incluso su familia, pero a la vez y a veces con un gran corazón.
Yo recuerdo frases míticas como "que tal el curro", o que podría saber todo tipo de descuentos que hay, tanto en la red, como a nivel supermercados: aquel amigo que, después de un viaje al extranjero,lo primero que contó que habíamos ido a comprar a un Carrefour no sé que cosas: aquel amigo que se apuntaba al gym pero no iba, por que no el pillaba bien, no le apetecía y lógicamente, con su organismo un poco descontrolado con el tema del comer, engordaba y siempre tenia hambre, nivel 7 o más, a las 12 am: recuerdo otra vez que, nos hizo merendar, después de una actividad física y después cenar fuerte....
En fin, muchas historias que, creo que debería escribir, de este examigo, creo, por qué sé que nada volverá a ser como antes, por que, aunque nos veamos, poco, no será lo mismo, por que, como ya hice, no le contaba cosas por que sabía sus comentarios o reacciones y era preferible que no supiera a saber qué decir.
Eso si, por medio está el exzamorano, casi siempre picando, pero, en verdad, ni él ni el examigo madrileño saben nada de este blog y por eso me gusta escribir aquí, sin que nadie sepa nada, o eso creo yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario