Hoy iba a escribir sobre alguna de las cosas que me pasan o que pasan en el mundo, o quizás en mi mundo, pero, al poner la cifra redonda de entrada, al menos, desde que empecé a ponerlas que no es desde el principio, me he dado cuenta que son muchas entradas, muchos años y probablemente, pocos temas, no lo sé.
En este pequeño espacio que sé que algún día se terminará, para mi, casi, es como un diario en el que voy contando lo que quiero, sin que nadie sepa exactamente qué soy, quizás, ni a qué me dedico y donde sí, escribo, sobre las cosas que quiero escribir y que, muchas veces no tengo con quien hablar o no me apetece hablar de esos temas.
Una de las cosas que más me puede gustar es ese anonimato: no soy de otras redes sociales en el que muestras tú felicidad al mundo, o sigues a personas y ves eso, su mundo, su micromundo feliz, no, soy de escribir, de leer cosas bastante insospechadas, y otras, tan comunes.
A veces, me pongo a buscar qué escribí tal día, por algún motivo, y me sorprendo leyendo la entrada anterior o siguiente, hasta que descubro que me interesaba ese día o la moda.
Tengo amigos que lo han intentado, pero, a la mínima, lo han dejado: escribir diariamente, cuesta, buscar temas, a veces también y otras veces, no tanto: ellos lo dejaron, y yo, en mi "anonimato" sigo y mientras pueda seguiré.
Mañana habrá una entrada más, que ni yo mismo sé de qué irá, pero, a lo mejor, en diez años, vuelvo a este lugar y me sigo sorprendido de lo que escribo, al fin y al cabo, es la magia de escribir y leer.
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