El último día de trabajo estuve hablando con una compañera sobre los diferentes trabajos que había tenido a lo largo de su vida, y, según me contó ella, todos habían estado relacionados con la educación, minorías e igualdad.
Según iba la conversación, ambos, habíamos trabajo en los mismos sectores, mismas ciudades e incluso mismos lugares, pero con años de diferencia y con diferente perspectivas: ella, siempre en el sector público y muy bien y mi experiencia, aunque no deja de ser más breve que la suya, pero no fue tan buena, al menos, en cuanto al tiempo, yo no lo comenté.
Y entonces surgió la pregunta: si tanto la gustaba ese sector, de minorías, de ayudas y demás, ¿porqué nunca había pensado en cambiarse a ese otro trabajo? La respuesta fue sencilla y directa: vacaciones: en los otros trabajos tenía menos vacaciones que donde está, y eso que priorizaba el poder trabajar casi siempre de 8 a 3, e incluso con horario flexible: en el lugar de trabajo que está, también trabaja solo de mañanas, aunque en teoría debería hacer alguna tarde, dicen que dos, pero sé que no se hace, flexibilidad laboral, se llama, asi que, tan contenta con esos dos meses de vacaciones en verano, más las Navidades, más Semana Santa..en un sitio, con pocos niños, con sus normas, y si no la gusta, ella las impone como me ha pasado a mi y en Julio, cierra la puerta de su vida laborar hasta Septiembre...eso si, se seguirá quejando de muchas cosas, pero yo ya no estaré...
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