No sé si esperado o no, pero Mayo ha llegado a mi vida, totalmente diferente de cómo empece este año, la verdad.
Enero y febrero, para mi, han sido un poco grises, intentando entender cosas que, en parte siguen siendo inexplicables, pero que están en mi vida, y estarán, aunque, desde que ella, mi última ilusión me contó toda la situación, en mi cabeza, un puzle de piezas se fue uniendo poco a poco, me costó, y a veces me cuesta.
Y en marzo y abril, su cumpleaños de por medio, me ha dado tiempo a unir todo, entender todo, eso si, no saber qué pasará en un par de meses o quizás seis, pero Mayo, ya está aquí.
Esto significa lo que he hecho los últimos días de abril: solo contestar a sus mensajes más tarde de lo que ella se esperaba, o mejor dicho, incluso fuera de horario laboral: no preguntar nada, como hace ella, estar muy tranquilo e intentar hacer mi vida de antes de conocerla, y no sé que estará pensando ni lo sabré.
Sinceramente, eso de que nunca me haya llamado alguna tarde, eso de que nunca haya escrito algo por la tarde, me da la fuerza suficiente para hacer eso que yo estoy haciendo y que ella creo que ni sabe, es más, ni la interesa.
Creo que seguirá con su ser menor un fin de semana y harán sus cosas, normalmente sin poner fotos si no está con gente de su círculo y los otros fines de semana, según ponen las fotos, con también gente de su entorno, y no, a mi no me cuenta nada. Solo cuando me escribe me dice que todo bien, sin detalles, pero, no, no los cuenta, y creo que ya no me los contará.
Asi llega para mi Mayo, más fuerte que antes, más alejado de mis fantasmas de antes y con mi vida más clara que antes: no sé el motivo, pero, cuanto mejor estoy, alguien me fastidia...espero que esta vez no sea así...
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