Durante esta semana pasada he estado observando el comportamiento del amigo cartero, sabiendo lo que iba hacer en cada momento y más o menos, qué iba hacer en cada situación.
Lo primero fue el lunes. Quise ir hasta el lugar que él suele ir los lunes por la tarde, envié mensaje, y cuando llegué al lugar indicado, no estaba, pero, intuía que estaba cerca, asi que, lo llamé, pero él no contestó el teléfono, aún así, casualidad de la vida, lo vi y nos tomamos algo.
El día once le quise invitar por algo que pasó bueno en mi vida ese día: simplemente propuse bar, que sabía que le podía interesar y la hora que la pusiera él: se presentó y allí estuvimos un rato largo.
Al día siguiente, como esperaba, solo mandó un par de mensajes, sin propuesta ni para quedar ni nada, él tendría sus planes, los que fueran.
Y el viernes, con un fin de semana por delante, incluso puente, sabía que no iba a decir nada, proponer nada, y puedo saber, más o menos sus planes: el viernes, mover el coche nuevo hasta su pueblo y pasar allí un rato la tarde, se supone que haciendo cosas, pero tampoco muchas.
El sábado y el domingo le toca comida familiar, "por no dejar solos a sus padres" asi que, es probable que vaya con la moto para poder irse luego un rato de paseo: no creo que me incluya, conozco sus diez minutos de rigor que suele tardar..y yo, ya he aprendido hacer mis propios planes y si me cuadra, hacer algo con él, pero no con obligación ni de contárselo, ni decírselo ni nada por el estilo, porque, comprometer algo que no me apetece hacer, desde hace tiempo, no lo hago.
Y lo que no sabe él, pero yo si que sé, que, el último sábado que propuse ir algún sitio, sería la última vez que decía algo, esa vez, que nos quedamos a pocos kilómetros de nuestro destino, porque él, no le apetecía seguir, no va conmigo, prefiero seguir mi camino, hacer mis horarios y por lo menos, pensar y hacer lo que quiero hacer, no quedarme en el medio..
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