Esta semana pasada apareció una persona, que normalmente pasa cada semana por casa, y durante los últimos quince días, no había dado señales de vida: ni donde estaba, ni con quien estaba, y, durante esos días, no dio tampoco señales de vida.
La persona mandó un mensaje para comunicar su presencia el día de siempre, y ese mensaje, fue contestado con un tipo "me parece bien, pero me ha dolido que no hayas dicho nada estos días", y no sé si hubo más o no.
El caso es que entró por la puerta y quizás, cuando yo esperaba un "que tal la semana" o "qué has hecho", hubo silencio. Creo que él también se sorprendió de que no hubiera nada, solo comer, postre, café y cada uno a sus cosas....
Con ese silencio y esa descolocación totalmente, me quedo, con eso de que, cuando alguien de mi vida desaparezca, recibir con cierta indiferencia, educado, eso si, y si quiere contar algo, que lo haga, y si no, a mis cosas....
Creo que ese día, ha sido la mejor lección que he recibido en muchos años...
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