Ayer por la tarde tenía hasta tres planes en mente, pero luego, ahora que lo pienso, no salió ninguno.
El plan primero era ir con el amigo cartero algún lado, aunque ya desde por la mañana se torció algo la cosa: creo que se levantó muy tarde y su día fue diferente a otros, ya que le pregunté si iba a ir al pueblo y su respuesta fue que no, ya no dije nada más.
Mi segunda idea era a un sitio que nunca había ido y más o menos tenía pensara la ruta, aunque, con este calor no me apetecía tanto, y el tercer sitio era la visita mi amigo de la universidad, pero, a partir de ese momento, se complicó la tarde.
Según le escribí me dijo que ahora me llamaría la exsoriana y así lo hizo: resumen, cena y juego en su casa, también con el amigo de la universidad y como no tenía otra cosa que hacer dije que si..ahora quedaba por saber dónde iba por la tarde.
Asi que, en un instante de lucidez, decidí unir trabajo y gusto: buscar los lugares donde a lo mejor me toca trabajar, los tres bastante lejos y nunca había estado y eso hice: estuve dando vueltas por diferentes sitios y localicé todos, más decidido que antes a qué pedir en las próximas horas.
Una vez llego la hora adecuada pues eso hicimos: cenar algo, bastante y muy rico, para luego jugar a un juego en el que, como no sabía como íba, pues hice algo que no se debe hacer y ganó mi amigo en casa ajena, cosa que, supongo, tampoco se tiene que hacer: sé que me preguntarán, pero no diré nada y se olvidarán con el tiempo.
En cuanto al amigo cartero no sé lo que hizo, no pregunté: pensé que el sábado había ido al pueblo, pero, al parecer, tampoco, tampoco quise proponer planes para esa misma tarde, no estaba con demasiado humor ni quería dar demasiadas explicaciones...no merece la pena, a veces somos demasiados previsibles y si no lo somos, nos llaman diferentes...
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