Alucino, sinceramente: y es que para una vez que "necesito" algo de consuelo de alguien, lo que he recibido es "silencio" absoluto: si a ella u otra persona la pasa, yo estaba alli, pero, ese silencio, por un lado me mató, pero por otro lado, me hizo más fuerte, para saber que contar a quien y como tratar a quien.
Otra semana de silencio, ahora voluntario, pase lo que pase, cueste lo que cueste, ni llamadas, ni sms ni nada, no me apetece, no quiero, y también no debo...ahora, me toca a mi..
No hay comentarios:
Publicar un comentario