El amigo cartero no llamó el día indicado, era normal, finalmente, yo lo envié un sms para sugerir que podíamos ir a tomar algo cerca y dar una vuelta: como era esperable, acepto y así lo hicimos: algo normal, tomar algo, dar una vuelta y pronto para casa.
Hoy, ni se le ve ni se le espera: está en uno de esos domingo que tiene cosas que hacer y no da señales de vida, de ningún modo, y puede que esta semana, por fin, tome conciencia de que los días de diario son para hacer cosas y los fines de semana son para quedar con la gente, y no al revés, aunque, cuando queda con otra gente, y hace otras cosas, bien que cambia.
Yo también sé cambiar...
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