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jueves, 26 de marzo de 2009

718 El poder de decir NO.

Casi todo funciona: la moto ya está "como nueva: el mando del garaje también, a pesar de sufrir una nueva caida, pero la impresora va por libre: cuando ya tenía decidido llevarla, de repente, sin previo aviso, la muy c...funciona: la vuelvo a poner en su sitio y deja de funcionar...sinceramente, es alucinante.

En otro orden de cosas: ahora me refiero al título de la entrada: en la mañana de hoy, en algún momento indeterminado he recibido un correo del otro motero para quedar a tomar café "en su zona": le he contestado que "probablemente iba a llevar la impresora a arreglar, que no sé si me daría tiempo a ir": el me ha contestado que si voy lo avise: se supone que habríamos quedado en siete minutos, pero no tengo ni la más mínima intención de ir: paso, después de un mes de silencio, de no preguntar por mi baja, por mi muela, ahora soy yo el que no quiere ir...circunstancias, ya iré, cuando me apetezca.

La información del mail se la he comunicado al de correos, que ahora estará durmiendo, y el dice que si iba yo, él iría, pues no al 95% no pienso ir: él no sé lo que hará, tal vez, lo que haga yo, o sea no ir...que bien sienta decir que no en algunas ocasiones...

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