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domingo, 27 de septiembre de 2009

859 Conversación teléfonica

Hoy escribo algo caliente en mi sangre: ayer por la tarde conseguí que me cogiera el teléfono el chico madrileño, el chico sin “vida amorosa”, el chico de las indecisiones y desde que me he dado cuenta, el chico sin novedades: mis llamadas le sorprenden cada día y me he dado cuenta de que no cuenta nada: frases sin contenido “semana sin novedades”, no he hecho nada, luego le pregunto por otros temas, tipo trabajo o sexuales, y me contesta con evasivas, “como siempre” o “que no hay nada”; hasta que hemos empezado hablar del tema que ha podido causar el mayor distanciamiento entre nosotros: el se pone de parte de mi amigo, por lo que yo escribía en cierto foro común nuestro, esto ha provocado que, desde hace dos semanas, más o menos, y me he dado cuenta de que, el me dice que todo sigue normal, aunque haya habido cambios, pero el insiste en que no hay nada, y es que, hablando del tema, me he dado cuenta de que, él me ha dicho una frase que no se olvidaré en algún: tú, por mi, has escrito cosa que no me han parecido bien, no has actuado correctamente, al menos, desde mi (su) punto de vista. Hemos seguido discutiendo/hablando, y ha llegado el tema de los toques al móvil: para él no le molesta que le llame, que pasa de ellos, yo le he respondido que hace al menos, dos semanas que no le he dado un toque, y me dice, la semana pasada, y yo le he dicho, fue el sábado, no fue un toque, fue para hablar un rato...( y yo pensando, cosa que tu no has hecho en las últimas dos semanas, puede que más), y que no vas hacer.

En fin, la conversación acabó pronto, ya que él estaba en el cine, digamos, enfoscados cada uno en nuestro puntos de vistas, yo, que creo que no me pasado en nada y él, que “se supone que en mí ya no se puede confiar ni contar ningún secreto”: esta bien, he pensado yo, si piensan él así, está claro que esta “amistad” está un poco rota, un poco mal, y que, y yo “cabreado” por que, ninguno de los dos, diría que casi nadie, me pregunta simplemente “que tal estoy”: somos diferentes, y no tenemos gustos comunes, casi ninguno: tal vez lo mejor sea seguir cada uno nuestro camino, aunque a veces, se entrelacen y nos veamos, pero, cada uno a lo nuestro.

Finalizo diciendo que ayer por la noche recibí cuatro llamadas del chico madrileños, dos de ellas cuando estaba hablando con otro amigo y esta mañana otro par de ellas: no tengo intención de llamar, no me apetece, sinceramente, todo se verá próximamente.

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