Más de una semana se lleva hablando sobre los mismos temas en la cadena Telecinco.
Por un lado, la famosa herencia de un torero que pudo dejar a su viuda y las cosas que pudo o no dejar a sus hijos, que, según el abogado que abrió el testamento, estaba todo correcto, pero, claro, los periodistas que están más de cinco horas al día, no están de acurdo con todo lo que el legalista ha dicho, y así han pasado y pasarán horas y horas.
Por otro lado, una parte del programa la parte final, donde un colaborador puede ganar dinero si contesta a preguntas sobre su vida personas, su vida privada o la vida de los demás: a veces las hace el programa y otras veces las hace sus propios compañeros, y, como se suele decir, no son con buena fe.
Y el otro día, creo, se sobrepasó todos los límites: la preguntas, más o menos fue, si cierto dinero de cierta entrevista el personaje famoso se lo había dado a sus padres para que lo guardarán: lo de menos fue la respuesta, que, según la máquina mentía, pero sobre todo fue por hablar de personas que nunca han sido famosa ni han salido en nada, y claro, el famoso en sí, se enfadó.
Al día siguiente se empezó hablar de una presuntas irregularidades económicas, como era previsible, ella lo negaba, pero, al hablar de su marido, este pedía que no quería salir en el programa, no es famoso: la periodista allí sentada se enfadaba con el mundo y pide eso mismo, que su marido no salga, cosa que ella en sus preguntas no ha respetado.y es que, cuando te devuelven las "presuntas acusaciones" no te gusta, pero no sabes el daño que puedes hacer, cuando lo haces tú...
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