He pasado un fin de semana de lo más normal que alguien se puede imaginar, sin grandes riesgos de juntarme con gente y haciendo las cosas que he querido hacer, solo un pero, que ya me esperaba: las dos personas que a veces suelen proponer cosas, este fin de semana, no lo han hecho.
Bueno, no es del todo cierto: una vez más, el exzamorano propuso tomar café a una hora determinada en un lugar determinado, pero a mi, ese horario no me venía nada bien, si para el amigo cartero: y desde esa quedada, no han vuelto a decir nada.
Por un lado, puede parecer normal, eso, que no digan nada, pero, a veces, se dan ciertas coincidencia que hace que todo tenga sentido.
Lo del cartero, es más normal, es probable que una vez más, el domingo estuviera en su pueblo haciendo cosas, lo suele hacer cada sábado, no dice nada y allá que se va: con eso, ya pasa sus cosas, eso si, cuando van otros familiares, prefiere no ir, ¿casualidad?
Y lo del amigo exzamorano creo que tiene que ver porque, de gran casualidad, en un bar que no suelo ir, estaba su amigo y mi examigo informático madrileño: le vi como siempre, fuerte y con frases ya hechas, se colocó detrás de otra persona que fue quien me vio: dudo de si fue él o el otro amigo el que decidió iniciar la salida justo cuando estaba yo alli, y no casi no me habló: al rato, cuanto terminé de hacer mi pedido, él examigo madrileño informático iba hacia casa de sus padres, fue, cuando me pude fijar algo más en esos detalles, grande, fuerte, puede que con barba, mirando el móvil, ropa holgada y porque no imaginar, enviando un mensaje al exzamorano: eso cuadraría para que, el día anterior ambos dieran una vuelta por la ciudad y si, tomaran algo tranquilamente..
Lo único que no he hecho del todo bien fue aplicarme en mis estudios: el tiempo perdido, no tiene remedio, el tiempo que me queda, sí.
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