Bienvenido

Bienvenido al lugar donde las palabras son más importantes que los silencios y donde siempre serás bien apreciado...

domingo, 18 de abril de 2021

3697 Haciendo lo que quiero...

 Un nuevo fin de semana se esperaba sin grandes novedades, como otros tanto, sin esperar nada de nadie, sin propuesta de planes o similares, pero yo, tenía las cosas bastante claras.

El viernes por la tarde yo me iba a dar una vuelta por la ciudad: me encontré de gran casualidad con el cartero y no costó insistir mucho para dar esa pequeña vuelta. Esa tarde si pregunté por sus posibles planes para el día siguiente, pero él, no me quiso contar nada, como siempre.

El sábado por la mañana hice mis cosas, deporte, café y poco más: por la tarde tenía ganas de moto, y dudaba entre decírselo o no: si se lo decía, podría ser como la última vez que acabamos yendo en su coche, pero, esta vez yo estaba bastante más decidido a ir con mi moto, con un solo problema: hacía demasiado aire.

Después de mucho pensar le envié un mensaje con el plan inicial: ir hasta un pueblo a comprar queso, y luego tomar un chocolate a mitad del recorrido, aunque, el plan, en mi cabeza era mayor, como así hice, simplemente, pasar por su "pueblo". Como era esperable, él se animaba a tomar solo el chocolate, del resto del viaje "pasaba". Yo le dije la verdad, "quizás me quede a mitad de camino". Pero, el camino te hace tomar decisiones correctas: la primera fue ir por donde alguna vez me ha llevado él, que no me gusta, pero, como hacía mucho aire, fue una decisión correcta.

Una vez llegué a mi destino, le avisé, y cuando yo pensaba que se quedaría en su casa, no lo hizo: cumplió su parte de ir hasta ese lugar. Allí mismo le propuse ir hasta su pueblo, pero él, un sábado más, quería ir a su casa, en ese caso, yo no sabía el motivo, pero lo supe más tarde.

Durante el trayecto de regreso, con el aire a mi favor, él ya me avisó que iría rápido, así lo hizo, pero, controla tanto la moto que, en un lugar determinado me esperó y supongo que él pensaba que yo iría detrás de él, pero no lo hice, seguí con mi plan, ir hasta su pueblo, y así lo hice.

No está lejos y saqué las típicas fotos desde fuera: cuando me iba a ir, observé que estaba el coche de su hermano en la puerta y luces dentro de la casa: me bajé, avisé y entré para dentro.

Una vez dentro estaba tanto el hermano como otro amigo común, y en ese momento entendí que no quisiera ir otra vez por la tarde: por la mañana, técnicamente, no había hecho nada y quizás sabiendo que estaba su hermano allí, no le apetecía regresar: me sigue pareciendo curioso su argumento, "que venda su casa y se quede a vivir en el pueblo": una casa que no le ha costado un duro, que vive con lo justo y que, en el pueblo, también pagará lo justo, y con eso, vive bastante bien, ¿para qué vender su casa? Jeje.

Estuve poco tiempo, se hacía de noche y antes de irme, hice una foto, se la envié a él, al cartero, y regresé a mi casa,  y si, como era esperable, caras de sorpresa.

Y al final de mi vida pensé eso mismo: hago lo que quiero, cuando quiero y como quiero: a lo largo de mi camino se unirá gente, pero, parece que hasta el final, no llega nadie.

No hay comentarios: