El pasado día trece, martes para más señas, fue la última vez que me puse en contacto con la amiga de Palencia con la "excusa" de siempre, que tal todo, y ella, todo bien, por cierto, estoy por tu ciudad, creo que con comiendo con su familia, y, no sé si como era esperable o no, la propuse que si la apetecía nos veíamos un rato, pero ella, mientras yo estaba haciendo deporte, me dijo que no podía..
Así que, como soy persona de hacer cosas sin que nadie lo sepa, una vez más borré su teléfono, sabiendo que era probable que tuviera tentación de escribir y para evitarlo y como no me lo sé de memoria, no podría escribirla, y quizás ella, en algún momento escribiera, como hacía yo, para preguntar que tal estaba, pero, pasados siete días no ha dado señales de nada, es decir, si yo escribo, contesta, pero, tener iniciativa, no tiene (creo que nunca ha tenido) y por suerte, estoy siendo muy fuerte para no escribir ni preguntar nada, jeje.
Con la persona que fue mi última ilusión, hemos superado los veinte días laborales sin decir, nada. Esto en vacaciones y verano puede ser normal, pero, no en tiempo laboral. Alguna vez cuando ha dejado de escribir ha pasado algo, puede ser que sea así, y quizás, con el tiempo, me enteré, como siempre me ha dicho ella, "no pregunto y si me quiere contar algo bien y sino, será que no tengo que saberlo".
Luego está la exrubia, que mantengo algo de contacto con ella, de sus excursiones, pero tengo más dudas sobre qué quiere, que certezas, para conocerla más, necesito algo más de tiempo
Por último la exsoriana, que si, me escribió después de casi un mes o quizás algo menos para saber si estaba todo ok y sus famosas dudas sobre su concurso de traslados, que si ya había salido algo y que quizás la iban a dar algo, pero no estaba demasiado convencida, si sucede, se viene charlas otra vez.
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