Han pasado trece días desde que la envié y recibí el último mensaje a la persona que fue mi última ilusión, con diferentes subes- bajas en mi propio estado de ánimo.
Sé, como ya me pasó durante el mes de Enero, que, si yo no escribo, ella no escribe: ya me lo dijo una vez, "yo no pregunto nada, si me lo quieren contar bien y si no, es que no tendría que saberlo".
Durante estos días, sé que ha ido a su pueblo y a otros sitios, por sus fotos en sus estados así como poner alguna frase que se supone que será para todo el mundo, en cambio, yo solo he puesto algo que si que vio y otras cosas que sé que no vio.
También hemos pasado unos días festivos, en los que creo que ella habrá hecho sus cosas normales: quedar para tomar café con su gente, su familia y estar con su ser menor...
Y es que, pasar de escribirnos a diario, a la nada, es un transito que parece rápido, pero no, es lento y a veces doloroso.
Y ahora mismo no tengo ni idea de cuando recibiré algún mensaje suyo, porque, pasado este tiempo largo, ya no creo que venga bien preguntar "que tal estás por la operación" y si ella no escribió nada, me dirá lo de siempre "no tengo tiempo o estoy ocupada" pero, si está tan ocupada "por eso mismo, no tiene ni un minuto para escribir nada" asi que, yo tampoco.
Toca esperar, no sé cuando, ya, da igual, quizás, para post vacaciones a ella la venga bien "tomar ese café", yo, no se lo voy a recordar, me voy a limitar a pasar los días haciendo mis cosas y ya, y esta historia, como con otras personas, ya me la sé, me ha pasado más veces, y sé que ella no lo sabe, ni lo sabrá...
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