El otro día hice una comida de cumpleaños con dos amigos, el exzamorano y el cartero.
No son los habituales que fuimos durante años, pero, se ha dado así y lo hago.
Lo primero que hice, porque sabía que les iba a no sentar demasiado bien, fue quejarme como era previsible ya que, llegaron un poco tarde, para ellos normal, pero el otro día escuché que quien llega tarde, es, a veces por ser un dejado y no salir antes, como da igual....y parte de razón llevas, y ellos piensan que, llegar antes, también es malo, yo les puse el ejemplo del tren, que si no llegas antes lo pierdes, les dio igual.
Primero fue una tapa rápida y luego comer: sinceramente, para el precio de la comida me esparaba más, pero, no se lo dije, sobre todo, por que, el exzamorano, pensando que habría más cosas, dejó cosas sin comer, no le iba mucho: conste que su comida cumpleañera fue un plato del día y él mismo se quejó, que si estaba regulares los guisantes y cosas del filete...quejas, como digo.
Al terminar, nos comimos un helado, café y llegaron los chupitos: tres me tomé yo, pero ellos, ya no aguantaron, y se fueron a lo fácil, agua y cerveza.
Continuamos con unos pinchos, pero, el sitios que no habíamos ido, aunque ellos querían ir a sitios de confornt y sacarlos fuera, es muy curioso, se ponen nerviosos, no saben qué hacer...
Por último acabamos cenando y no me dejaron tomar más que una cerveza en un sitio que no había ido desde el traslado del local: en ese lugar, me encontré con la familia de la exsoriana, que, no sé el motivo, pero, creo que no fueron al pueblo de Burgos que decían que iban a ir, foto y a continuar la ruta.
Y para casa: casi diez horas de comida, con quejas varias terminó este cumpleaños, no sé si habrá otro, pero, pasármelo, por las sorpresa, yo, muy bien.
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