Hace más de un mes, lo amigos exsorianos tenían preparado su viaje con los padres de ambos, y ellos mismos también, para pasar varias semanas sin parar fuera de casa, unas veces con unos y otra con otros.
El caso que, uno de los planes era hacer una de las cosas que más me puede gustar, el Descenso del Sella.
Varios días después de hablarlo y cuando me cuadró decidí ir, casi hacerlo con ellos, pero no del todo: un día antes, cogí la habitación y ese mismo día cogí la actividad, no pregunté compañia, la de siempre: en el mismo hotel estábamos y la compañía era otra.
Así que, compartimos una caña nocturna, bueno varias, un desayuno y luego cada uno a lo suyo.
Yo ni les vi en todo el recorrido, y fui algo más rápido que ellos, a la vez que sé que lo hice despacio, pero tardaron dos horas más.
Y esas dos horas fueron las que estuve con la amiga exsoriana y sus "traumas de siempre": el primero, y cosa que hasta ahora no me había dado cuenta, no tiene un hobby fijo, más allá de estar con quien quiere estar, y "mandar mucho" a su actual pareja, al cual, por dejarla cierta libertad, luego le exige muchas cosas, yo creo que demasiadas, y si no lo hiciera, "más o menos puerta".
Le vi que intentaban agradar, yo me limité a escuchar y a dar cierta razón a quien la tenía y aprendí una vez más, a no decir qué hacer o no hacer.
Más o menos, a mi hora adecuada, me vine para la ciudad, ellos siguieron con su vacaciones: prueba pasada...
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